
Industrias como la del turismo o la encargada de realizar convenciones, reuniones, exhibiciones y eventos (MICE, por sus siglas en inglés), han sufrido impactos altamente negativos desde que se iniciaron las cuarentenas en todo el mundo. La cancelación o aplazamiento de actividades multitudinarias, a nivel global, dio como resultado que el sector hubiese tenido que reaccionar con una especial resiliencia frente a la crisis, por ejemplo, con la innovación de formatos que permitan la realización de actividades por medio del uso de las nuevas tecnologías para ayudar a garantizar la protección de los participantes.
Los eventos tradicionales con asistencia de público que, en muchas oportunidades, convocaba personas de otras ciudades o países están cerrados prácticamente en su totalidad, lo que genera dificultades económicas.
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